18 abril 2021

El imperio de las opiniones y los comentarios

    Antes de nada, aclaro que todo el mundo tiene derecho a opinar y comentar lo que le salga de las narices sobre cualquier producto cultural. ¡Faltaría más...!

    Aun así, es asombroso el valor que se da hoy en día a este tipo de cuestiones. Parece que a veces reciben más apoyo los que dedican media hora a decir lo que les viene en gana, tengan conocimientos y se hayan documentado o no, que a quienes se han tirado una enorme cantidad de tiempo creando algo nuevo.

    Recuerdo estar esperando a que una persona terminase su partida o turno para tomar el control e intervenir. Hoy algunos comentan lo que juegan, y los ve un público enorme que ni siquiera toca el mando o teclado. Sin obra original, no hay nada que argumentar ni frases graciosas que decir al respecto. ¿De verdad el creador de contenido es el que se graba empleando el material generado por terceros? Luego está el asunto de que si un medio es interactivo... resulta llamativa la concesión de esa parte. 

    Conozco gente que no lee un libro o cómic si no se ha topado con una reseña en Internet o se lo recomienda determinado influencer.

    La cantidad de estrenos cinematográficos que han fracasado en taquilla por una avalancha negativa de origen muy reducido es notable.

    Me vienen a la memoria instantes de juzgar algo por lo que te ofrecían, y soy testigo con gran frecuencia de innumerables sujetos mirando en la Red para que les aconsejen antes de elegir. Es casi imposible escapar de esa telaraña, hasta intentando evitar prestarle atención. No veo que exista mayor riesgo en una opción que en la otra, y sí mucha cesión de criterio. 

    Además, el primero en mencionar algo sienta una especie de cátedra. En cuanto le siguen varios, la tendencia es imparable. Ante una corriente general de evaluación, pocos se plantan en contra. Al final, que decidan unos cuantos por la mayoría hace que el término "pensamiento único" brote en mi lengua de forma casi involuntaria, aunque sé que es altamente incorrecto; no puede ser "único" habiendo diversas fuentes, quizá solo masificado en extremo por sectores.

    A ver..., que en cierto grado el fenómeno siempre ha estado ahí, con espabilados incapaces de disfrutar de una peli porque el indio del fondo llevaba reloj y con la necesidad de que los demás tampoco lo hicieran, pero... el exceso no suele ser aconsejable. 

    Considero que tener preferencias y gustos atípicos es maravilloso.

    No se me escapa la ironía de que esto sea un artículo de opinión con un comentario crítico acerca de los que opinan y comentan.


    Dicho esto, ¡muchas gracias a los que han reseñado de forma justa y profesional mi labor creativa! Esta frase no es incompatible con lo mencionado antes, aunque pueda parecerlo.


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