Es evidente que hoy en día a la peña le gusta que haya mucha gente y pasta detrás de lo que consume a nivel cultural; como si el público quisiera que los creadores empezaran ya sabiéndolo todo y con su estilo final. Resulta un tanto extraño, porque la mayoría de los directores, actores, pintores, escritores, etc. más reconocidos tuvieron comienzos no tan sólidos, con equipos muy reducidos. De hecho, antes interesaba ver la evolución de alguien desde los inicios, hallar su existencia cuando todavía no era famoso y arriesgarse. No sé qué mérito tiene decir que es genial determinado individuo propuesto por un megagrupo empresarial y que está en todas partes. Hay personas que solo compran un libro si se encuentra a primera vista, donde colocan normalmente a los que son publicados por aquellos que dominan el mercado. Por no hablar de esos que solo se suben al carro cuando una serie o saga está completa... ¿Requieres que terminen algo, pero no contribuyes a que suceda? Así los únicos que pueden llegar son los que en realidad no necesitan el dinero para avanzar. Además, los buenos generan cosas positivas aunque sus recursos sean escasos y las posibilidades menores, si se les da la oportunidad...
Me atrevería a decir que nos estamos perdiendo una cantidad elevada de originalidad, variación y renovación de los medios. Eso sin mencionar la satisfacción del descubrimiento de lo que no conoce casi todo el mundo.
El presupuesto de las primeras películas de Peter Jackson fue pequeño, es fácil de deducir al ver "Mal gusto" o "Tu madre se ha comido a mi perro", y acabó consiguiendo once Óscars con la tercera parte de "El señor de los anillos".
"Posesión infernal" de Sam Raimi no parece que contase con una inversión brutal precisamente, y su "Spiderman 3" facturó unos ochocientos millones de dólares.
El episodio IV de "Star Wars" se hizo solo porque el estudio quería que George Lucas dirigiese otro tipo de películas y tenía a sus espaldas "American Graffiti". A la hora de la verdad, solo la estrenaron en cincuenta cines de todo Estados Unidos para librarse rápido de un proyecto en el que no creían y en el que la mayoría de los actores iban descojonándose durante el rodaje. Si la gente no hubiese ido a verla porque no hubo promoción y resultaba complicado... Lucasfilms y Lucasarts se vendieron por 4000 millones de dólares.
Al pobre Lovecraft le pagaban un céntimo por palabra, cuando lograba vender sus obras a revistas pulp de dudosa categoría. Ahora es un clásico, admitimos que creó un género y hay cientos de obras de todo tipo y para muchos medios basadas en sus escritos, siendo considerada una apuesta segura por muchos productores. No quiero ni saber lo que han ganado algunos gracias a él.
Las primeras películas de Woody Allen o Scorsese son maravillosas, y nadie puede argumentar que costasen una barbaridad de dinero, aunque sí más que otras comentadas al principio.
Muchos grandes mitos del cómic evolucionaron poco a poco de cara al público, hoy surgen ya como te los encontraras después de muchos años en la industria.
Los ejemplos son innumerables.
Parte del conjunto es la curiosa moda de: "Voy a apostar por este autor después de que muera; para que solo gane otro, ya que si lo hubiese hecho antes podría haberle motivado, afectado positivamente y ayudado a producir más material".
Me parece un crimen que a Van Gogh solo le comprasen un cuadro, y fue su hermano. Pensad en cuánto valen ahora sus pinturas y lo deprimente de su situación en aquel entonces. Esto nos lleva a pensar que este tipo de criterios sobre la aceptación de nuevas propuestas que no se adapten a ciertos parámetros y sin gran economía van por periodos, no siendo tampoco algo recién inventado.
A todo esto hay que sumar lo del concepto exclusivo de selección. Muchas personas solo leen libros de determinado grupo editorial, visualizan lo admitido por una plataforma de streaming en concreto, etc. Sin evaluar que solo hay cuatro compañías detrás acaparando la mayoría de los ingresos posibles.
Deberíamos ser más comprensivos con los posibles fallos de los que producen limitados por unos gastos moderados que con los de quienes tienen todo a su disposición.
Llevamos unos quince años ignorando a los que no son respaldados por grandes emporios forradísimos, y... ¿de verdad creemos que eligen de forma objetiva? Aunque siempre sucedió un poco, y sobre todo en ciertas épocas de la historia, nunca de un modo tan exagerado como ahora ni con semejante aprobación general, y da la impresión de ir in crescendo. Es cierto que se puede estar en el mercado y dejar un grano de arena; pero quitando algunas excepciones, la visibilidad, alcance y respuesta son las que son... Aunque lo creado está ahí, no atrae a quienes tienen la excéntrica necesidad de que haya equipos multitudinarios y enormes capitales.
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