Ya lo haga con medios tradicionales o digitales, soy yo el que tiene la experiencia directa con lo que creo. Utilice un pincel, rotulador, lápiz, etc. de toda la vida o uno táctil, los defectos y virtudes del resultado son un producto artístico mío.
Aunque veo que están proliferando mucho las ilustraciones realizadas con inteligencia artificial (AIart), y quizá acabe cambiando de idea si no me queda más remedio, para mí, en esos casos, la autora es la inteligencia artificial que ejecuta la obra. Si yo le digo a una artista que pinte un pato en un estanque, le estoy haciendo un encargo, pidiendo una comisión o como queráis llamarlo, pero no me convierto en el autor (sea humano o no), por mucho que le dé instrucciones o incluso le escriba un par de párrafos resumiendo el objetivo. Espero no estar volviéndome antiguo sin querer; cuando pongo el lavavajillas nunca digo "he fregado los platos", sino "he puesto el lavavajillas".
Todo sea que pasado mañana varíe de criterio y me vuelva comodón, pero ahora mismo esto es lo que pienso. Pretendo seguir utilizando las manos para llevar a cabo mis ilustraciones de forma directa, con el proceso complejo y maravilloso que conlleva, más allá de lo meramente funcional.